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CORRUPTOS S.A.

Es sorprendente hasta dónde se pueden tecnificar las redes de corrupción de las instituciones públicas, ante la mirada indiferente de la ciudadanía, que no se da cuenta de cuáles son las estrategias para desangrar al Estado, a través de la salud, las obras viales y la educación, tres temas que manejan el grueso de la inversión pública en los municipios y departamentos. ¿Y quién los desenmascara? Durante las dos últimas décadas en los medios de prensa han hecho su entrada, como periodistas investigadores, diferentes personas que han desvelado los entramados de corrupción más sorprendentes de los últimos tiempos, como son Daniel Coronell, con su columna en Semana y en Noticias Uno , Norbey Quevedo en El Espectador y Ricardo Calderón, el periodista sin rostro, a quien pocos le conocen la cara, porque se mimetiza precisamente para poder denunciar a los bandidos desde las páginas de Semana , con escándalos como Tolemaida Resorts o las chuzadas del DAS, o el fraude de In...

SANTOS Y URIBE: IRRECONCILIABLES

Se quedó corta la periodista Vicky Dávila, periodista de La FM, con lo que escribió en su libro Enemigos: Santos y Uribe, porque más que cuentos y especulaciones de lo que puso ser la afrenta del uno hacia el otro, es más una forma de gobierno lo que los separa, y que tiene como punto crítico el conflicto armado y el proceso de paz. Cada uno lo ve de acuerdo a los réditos políticos que le da. La forma como Santos comenzó a manejar el tema de la seguridad, desmontando paulatinamente el modelo de la Seguridad Democrática, que tanto lustre le dio a Uribe durante 8 años, fue apenas un ápice de lo que sería el rompimiento definitivo de relaciones entre los “compadres” de la política. Seamos honestos, el uno trabajó bajo la subordinación del otro porque necesitaba un árbol que le diera sombra, actuando como un parásito, alimentándose de la popularidad del mandatario de Salgar (Ant.). Cada uno sacó provecho de lo que el otro podía ofrecerle. Durante ocho años Ur...

PAÍS CARCELERO

La punibilidad en Colombia no puede castigarse, así toda la sociedad lo reclame, y los juristas y abogados lo sustenten, solamente con penas de prisión intramural. Sé que me lloverán insultos, pero es así: no toda conducta típica debe sancionarse con cárcel. La posición del Fiscal General de la Nación, Eduardo Montealegre, en cuanto a las penas que deberán pagar los cabecillas de las Farc que se encuentran en La Habana, y otros en el monte, es para algunos laxa y descabellada, pero pecan más por desconocimiento mezclado con odio que con razón. El fiscal está en lo cierto: «Colombia puede ensayar unos mecanismos de penas alternativas, diferentes a la pena privativa efectiva de la libertad…» ( El Colombiano , 6 de octubre). Montealegre es fiel discípulo de César Beccaria (De los delitos y las penas) y del neoconstitucionalismo, quienes hablan de la humanización de las penas. Dice Beccaria: «Las leyes son las condiciones con que los hombres vagos e independientes se u...