UNA MORDAZA PARA EL INCÓMODO
No es fácil asimilar una situación tan difícil como ser amenazado por cumplir con una tarea que todo ciudadano debe ejercer: ser veedor, pero que pocos lo hacen, vaya uno a saber por qué. O sí sabemos por qué. ¿Indiferencia? No sé. Simplemente sea practicar el mantra: “no me importa qué hagan, mientras no me afecte” . Ser parte de los medios de comunicación y denunciar acciones de los poderosos, líderes políticos y gobernantes no es una tarea fácil, porque creas incomodidades y te creas enemigos, así no te lo manifiesten, pero no te vuelven a hablar o hacen hasta lo imposible por achicarte el espacio en que respiras el mismo oxígeno que ellos. Otros, un poco más avezados, recurren a los actores armados ilegales para buscar la manera de callar a los incómodos, esos ciudadanos que buscan hasta debajo de las piedras una prueba, un documento, un testimonio que los lleve a terminar de armar el rompecabezas de una investigación. La prueba reina. La última prueba puede ser el pri...