PETRO, SYLLABUS ERRORUM
“Confieso (…) que el liberalismo es pecado, enemigo fatal de la Iglesia y reinado de Jesucristo y ruina de los pueblos y naciones (…) deseo que en el salón donde se expone mi cadáver (…) se ponga a la vista de todos un cartel grande que diga: El liberalismo es pecado” . San Ezequiel Moreno, Últimas disposiciones (1906). ¡Aleluya! ¡Cristo Redentor! Ayer lunes, mientras el Procurador General de la Nación, Alejandro Ordóñez, leía el fallo de destitución e inhabilidad por 15 años para ocupar cargos públicos, proferido por su despacho, contra Gustavo Petro, alcalde de Bogotá, no vi a un hombre, sino a un santo. Él, el magnánimo Alejandro, es la fiel figura de san Ezequiel Moreno, quien se batió a muerte a principios del siglo XX con el General Rafael Uribe Uribe, moteando como pecado imperdonable esta máxima: “El liberalismo es pecado” . Como respuesta a san Ezequiel Moreno el General Uribe Uribe escribió un libro memorable que aún pervive: “De cómo el liberalismo