¿CANDIDATOS O AVES DE RAPIÑA?
Cuando pensábamos que las campañas
políticas para la Presidencia de la República se habían estancado en el
atolladero, donde no había ni escándalos ni propuestas, lo cual podría ser un
pleonasmo, apareció lo impensable: hackers, chuzadas y mafia. Más confiado yo
pensar que no iba a haber escándalo.
¿De nuevo Samper entró en escena en la
política? No. Al contrario, ahora es Juan Manuel Santos quien es acusado por su
mentor, padre político y ahora enemigo público, Álvaro Uribe Vélez, de recibir
del asesor en marketing político y estratega, J. J. Rendón, la suma dos millones de dólares, provenientes
de los 12 millones que al parecer Rendón recibió de los narcos ‘el Comba’,
Diego Rastrojo, alias ‘Cuchillo’ y el ‘Loco Barrera’.
La denuncia la formuló el periodista
Daniel Coronell y crispó los ánimos de la campaña presidencial, de la cual
también salió a flote la relación de dos hackers, que más que eso son
criminales informáticos, relacionados con Álvaro Uribe y Óscar Iván Zuluaga,
quien hasta la semana pasada era un hombre honesto. Y, lo peor de todo, según revela
Semana (12/05/2014) en varias fotografías,
todos los uribistas y ahora santistas, cuando eran amigos, compartían el mismo
asesor: J. J. Rendón.
El amor los unió, ¿el poder los separó?
El hacker Carlos Escobar, cercano al
Centro Democrático y a Óscar Iván Zuluaga, a cuya campaña llegó por
recomendación de su hijo David, trabajó con el otro espía que hoy está tras las
rejas, Andrés Sepúlveda, quien es cercano a Juan Manuel Santos y a J. J.
Rendón, desde la fundación del Partido de la U, cuando José Obdulio, Juan
Manuel y Pacho Santos se sentaban en la misma mesa. Esta misma versión la
ratificó el hermano de Sepúlveda en Blu
Radio (13/5/2014).
¿Quién acusa a quién? Todos los
candidatos presidenciales, excepto Clara López Obregón, tuvieron o tienen
relaciones con los hackers, como lo han denunciado Semana, Las 2 orillas, El Espectador y Noticias Uno. Óscar Iván Zuluaga es amigo de vieja data de Rendón,
por lo que no debe extrañarse que lo ocurrido a Antanas Mockus en el 2010, se
lo estén haciendo a él. Sólo falta que le diga caballo discapacitado.
Aquí no hay candidatos, sino aves de
rapiña.
Desde el Presidente de la República que
aspira a reelegirse, hasta los delfines de los políticos (caso David Zuluaga y
Martín Santos, más Tomás y Jerónimo Uribe), han sido cercanos al asesor de la
rumorología. La misma práctica de desprestigio utilizada por Fernando Londoño
Hoyos, quien acusó desde su columna en El
Tiempo de intento de asesinato a Santos y a su hermano Enrique, podemos
esperar lo mismo de otros columnistas en otros medios. Las alcantarillas se
quedaron chicas para tanta rata. (Perdón con las ratas y éste símil).
No hay por quién votar. Ni Santos ni
Zuluaga ni Marta Lucía ni Peñalosa, quien ahora quiere posar de honrado y
recto, porque lo acompaña Claudia López, queriendo tener el apoyo del “papá de la política en Colombia”, como
bautizó Juan Pablo Calvás a Uribe (Engendros
de Uribe: El Tiempo, 28/4/2014). Y como no creo en salvavidas no votaré por
Clara López, como sé que me sugerirán algunos lectores.
Todos están untados: sea por amigos
corruptos, patrocinar la corrupción (caso hermanos Moreno y los Nule), hasta
provenir de la misma camada política, con los mismos vicios y el mismo cuento:
transformar a Colombia, cuando ellos mismos se han encargado de ponernos en los
ránquines de corrupción, transparencia internacional e impunidad.
En 1994 fue Ernesto Samper y sus
relaciones con el Cartel de Cali, relaciones probadas con los narco-casetes;
ahora es Juan Manuel Santos y sus relaciones, así sea a través de asesores como
Germán Chica y J. J. Rendón, con los narcotraficantes colombianos.
No hay escapatoria, o saltamos antes de
hundirnos o naufragamos capitaneados por un gobernante samperizado.
Ay, dios, ayúdanos a que el cataclismo
electoral nos coja confesados.
(Nota:
ojalá los espías santistas y uribistas sean noctámbulos para poder que se cojan
todos los chismes de mi vida privada, porque veo venir más de una vaciada).